Esta es un asana de relajación que podemos utilizar para eliminar las tensiones que se van acumulando durante el día.

Sentados sobre los talones inhalamos  elevando  los brazos como si quisiéramos tocar el cielo con las manos.

Al exhalar dejamos caer  los brazos a los costados del cuerpo sin tensión  y nos inclinamos  hasta apoyar la frente en el piso.

Relajamos bien el cuerpo y centramos nuestra atención en el suave masaje que produce nuestra respiración sobre la zona abdominal. La respiración es suave y cómoda. Imaginamos que con nuestra respiración vamos eliminando tensiones, contracturas, pensamientos negativos.

Recordamos inhalar y exhalar simpre por la nariz para una mejor oxigenación de todas las células de nuestro cuerpo.

Para volver nuevamente a la conciencia del cuerpo vamos a inhalar elevando el tronco, hacemos pequeños movimientos con las manos, brazos y cabeza, extendemos las piernas hacia adelante para activar la circulación.

Esta asana induce a la relajación, aquietando la mente.

A nivel físico nos proporciona varios beneficios: aumenta la irrigación cerebral, favorece el buen funcionamiento de los órganos abdominales, estira la columna descomprimiendo los discos intervertebrales, descomprime el nervio ciático, relaja en forma profunda los músculos de la espalda.

A practicar y relajarnos!

Namasté